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miércoles, 16 de junio de 2010

Cada vez más gente alega padecer el trastorno llamado sexoadicción a la hora de justificar sus infidelidades.

En ese sentido, ¿el sexo-adicto nace o se hace?

Desde luego que se hace, hasta hoy no se ha registrado un caso de adicción al sexo en la infancia de origen natural. Los seres humanos somos seres sexuados y desde el nacimiento lo expresamos. Obviamente cuando hablamos de sexualidad infantil, nos dirigimos a un tipo de sexualidad explorativa y simbólica, que nunca podrá compararse con la sexualidad madura, a menos que exista alguna disfunción sexual en edad adulta.

La adicción al sexo es como cualquier otro tipo de adicción.

Las adicciones se manifiestan como la incapacidad de controlar determinada actividad, que lleve al individuo a tener conductas compulsivas y le perjudique su calidad de vida, esto causado por alguna necesidad no resuelta en su historia de vida.

A este tipo de adicción también se le conoce como “hipersexualidad”, en donde la persona tiene una necesidad incontrolable por sexo de todo tipo, desde relaciones sexuales con muchas personas, la masturbación y el uso exagerado de pornografía. Se caracteriza por una frecuente estimulación genital, que una vez alcanzado el orgasmo, puede no terminar en una satisfacción emocional o placentera a largo plazo. Y en su lugar se acompaña de malestar y culpa. Se dice que esta insatisfacción es la causante de la elevada frecuencia de estimulación sexual, así como síntomas psicológicos y neurológicos adicionales.

Las causas son varias, desde problemas de pareja hasta una sexualidad inmadura por falta de experiencias sexuales en la adolescencia o adultez temprana.

La característica principal para poder asegurar que una persona es adicta al sexo, es que sus comportamientos intervengan en otras dimensiones de la vida, tales como el trabajo, familia o diversión.

Se sabe que el 6% de la población presenta este padecimiento, y del total de sexoadictos, el 2% son mujeres.

Este tipo de personas comúnmente son señaladas por las sociedad, creyendo que son “malas personas”, infieles o sucias. Y pocas veces se piensa que sus fantasías sexuales se convierten en una válvula de escape de los problemas laborales, baja autoestima, o la propia insatisfacción personal. Otro tipo de individuos dirigen su adicción a otras cosas, como drogas, tabaco o tics nerviosos.

Es fácil pensar que los adictos al sexo utilizan su adicción para justificar sus infidelidades, pero la realidad es que es muy probable que sus carencias tengan una causa mucho más profunda y seria que ser infiel solo por diversión. Este tipo de personas tienden a sufrir, aunque aparentemente se crea que son felices teniendo sexo sin control.

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martes, 15 de junio de 2010

Un amigo de mi novia le ha dicho que si tomamos anfetaminas antes de tener sexo aumentaremos mucho el placer.

Yo no estoy convencido con el tema, pero mi pareja insiste en que deberíamos probarlo. ¿Es cierto que aumenta el placer?

Las anfetaminas no aumentan el placer sexual literalmente hablando, te explico. Este tipo de sustancias sintéticas son popularmente conocidas como tachas o éxtasis, y son drogas que tienen un efecto predominantemente estimulante del sistema nervioso central, al igual que la cocaína, el mate o el café. Desde la década de los sesentas son frecuentemente indicadas por los médicos para tratar depresiones o como pastillas para adelgazar.

En general los efectos más inmediatos son el aumento del estado de alerta, aumento de la energía, aumento de la autoconfianza y autoestima, y reducción del cansancio, hambre y aburrimiento.

Cabe mencionar que los efectos de las anfetaminas sobre tu salud dependen de la característica de la sustancia y la forma en que la consumas (vía oral, intravenosa o inhalada). También depende de tu peso, edad, personalidad, estado de salud y de ánimo, así como tu experiencia pasada como consumidor de anfetaminas. También influye la compañía, lugar y legalidad de la droga.

Las anfetaminas cuando son ingeridas con alguna intensión de tipo erótica, las sensaciones van dirigidas a un mejor placer sexual, pero en realidad lo que pasa dentro de tu cuerpo es esa “falsa euforia sintética” que produce la droga.

Podrías tomarla y experimentar un encuentro erótico más intenso y placentero, pero debes saber que las sensaciones no son reales, ni producidas naturalmente por tu cuerpo.

Además, al probarlas y tener una buena experiencia, llega a crear dependencia, de tal modo que posteriormente es común que las personas necesiten de la sustancia para poder gozar del sexo, sintiendo que el “sexo natural” ya no es divertido ni placentero.

También debes saber que el uso prolongado de anfetaminas puede causar un deterioro general de la salud debido a que la falta de apetito y de sueño disminuye la resistencia del organismo a las enfermedades. De tal forma que si te conviertes en usuario habitual, eres mucho más vulnerable a contraer cualquier tipo de enfermedad, ya sea sexual o no.

Aunque eres libre de decidir si las usas o no, yo no te las recomiendo, solo por el hecho de ser una persona aparentemente sana y con vida sexual activa. Sencillamente no es necesario usarlas. El cuerpo por si solo es una fuente dadora de placer de manera natural como para alterarla con sustancias sintéticas que solo producen falsas sensaciones.

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