Buscar esta página

martes, 7 de junio de 2011

EROTISMO, ENAMORAMIENTO Y AMOR

EROTISMO, ENAMORAMIENTO Y AMOR

EL ENAMORAMIENTO

Hablar del enamoramiento no es sencillo. Las personas a la edad de 25 años han experimentado por lo menos una vez, una fuerza inexplicable por unirse con otro ser, viviendo una metamorfosis casi absoluta, en donde todo se justifica, lo que les gusta, e inclusive lo que no les gusta, aunque esto tenga como consecuencia sufrir. Existe paciencia y aceptación incondicional. Se altera la conciencia, y la realidad se sustituye por ideales.
Al enamoramiento lo reconocemos por sus manifestaciones. Lo más característico son los cambios en lo afectivo. La persona enamorada tiene una exagerada sensación de bienestar y satisfacción, no siente que le haga falta nada, se expresa como si al fin encontró la felicidad y desea que dure para siempre. Se presentan cambios en su actitud, se ve más vivaz, más alerta, más alegre, y todo esto asociado con la necesidad del contacto con una persona en específico: el ser amado.
La imagen de la persona que se ama se idealiza, se le ve como un ser único e irremplazable, lleno de virtudes y bondad, no se acepta atribuirle ningún defecto.
Sobrevalorar al otro permite experimentar llenarse de satisfacción solo con verlo y nada más. Se desea su compañía; tener su presencia y este solo hecho y únicamente este hecho colma de felicidad inmensa. Permite no desear nada más que la felicidad del otro, permite una renuncia a las propias necesidades por el otro. La mayor alegría se lee al recibir una sonrisa como aprobación del ser amado, un detalle, una palabra de amor o una caricia.
La persona enamorada insiste en explicar a la gente a su alrededor esto que la “llena”, no pide nada más porque con ello se siente completa, no experimenta insatisfacción alguna.
La percepción del tiempo se altera notablemente, los minutos se alargan y son angustiantes, las esperas se hacen insoportables, la ausencia es dolor, y por el contrario, cuando están juntos, el tiempo no dura nada. No se percibe el paso de los días y las horas.
Lo interesante de todo esto es que el enamoramiento es un proceso que invade la conciencia y el control voluntario de los seres humanos. El pensamiento gira alrededor de la persona elegida, del deseo de su presencia y de hacer proyectos en el futuro, se estimulan su creatividad y fantasías, se crean escenarios y proyectos en donde la pareja hace planes donde el tema central es prolongar la relación sin ningún problema.
El trato hacia el otro elimina cualquier agresividad, se piensa que la vida amorosa traerá pura satisfacción e inicia un desplazamiento de la agresión hacia todo lo que pueda interponerse en su relación. Se cree que uno es capaz de comprender todo, aún lo más personal del otro con o sin palabras, y se espera lo mismo. No se ven las desigualdades, porque son sinónimo de separación.
El lenguaje también se altera, la comunicación se hace con un lenguaje primordialmente preverbal, en donde las palabras mágicamente sobran, creando un idioma propio lleno de tiernas palabras.
Se siente ser lo que siempre se deseó, experimentando la plenitud de la vida personal y del otro. Se le ve a la vida profundidad y sentido, siempre con actitud optimista hacia el presente y el futuro.
La necesidad de estar en contacto con la pareja incrementa el deseo sexual y las relaciones sexuales que se viven gratificantes en extremo, hay mucha disposición para tener sexo y con solo pensar o rozar, da paso a una gran excitación erótica y mucha disponibilidad para recibir y dar placer.
En el sexo hay apasionamiento extremo, los besos son muy frecuentes y ardientes, las sensaciones vibrantes y los encuentros eróticos son maravillosos y muy habituales, o por lo menos novedoso y excitante. Sin embargo esta etapa “desquiciante” desgasta muchísimo y tiende a disminuir en frecuencia. La energía y adrenalina liberada en los encuentros amorosos son elementos que, entre muchas otras acciones, tiene la facultad de poner a los individuos en total alerta y disposición, pero el cuerpo no puede mantener este periodo eternamente. Por lo que el cuerpo lo reciente y al cabo de unos tres meses en promedio inicia un descenso en la frecuencia de los encuentros amorosos.
Muchas veces se vive como una posesión, como una fuerza superior a la persona, que domina la voluntad.
Es frecuente que el “enamoramiento” se da pese a las circunstancias o las condiciones poco favorables, y aun cuando la persona sepa que a lo largo puede resultar incómodo y causar desilusión, ser autodestructivo para su individualidad. Sin embargo no es nada difícil ser vulnerable a esa fuerza tan deseada por muchos.
Enamorarse es una experiencia deseada en la mayoría de los seres humanos, y se puede vivir de miles de formas, por lo cual no hay un “patrón de enamoramiento”. También es muy temida porque dejarse llevar por estas fuerzas ocultas puede provocar los mayores sufrimientos.

EL AMOR
Se han escrito un número elevado de artículos sobre este fenómeno y muchos actos se han justificado en su nombre, pero dado a lo subjetivo del concepto ninguna definición puede alcanzar toda su diversidad. Pero intentemos acercarnos lo más posible a su significado.
Esta etapa es menos pasional eróticamente hablando, pero en cambio ofrece seguridad y tranquilidad, que son dos grandes aliadas de la felicidad. Aparece aproximadamente al año de haber iniciado la relación. Los causantes de todo esto son los neurotransmisores dopamina y serotonina, cuyos niveles van disminuyendo conforme pasa el tiempo. A partir de este momento las personas se dan cuenta de que les apetece ver más a los amigos y en veces hasta intercalar salidas románticas con otras personas (si la relación no está como se imaginaba antes). Muchas parejas no logran superar esta etapa y creen que volver a salir con otra gente es un paso atrás en la relación, lo cual no es real. Lo real es que se está regresando a la vida normal y cotidiana. Por lo general a partir del segundo año de relación, cuando el enamoramiento se ha ido o se está yendo y se sustituye por “amor real”, el peligro en la relación es darlo todo por hecho y no innovar ni experimentar con la pareja. Acomodarse a lo fácil y lo conocido puede ser el inicio de una derrota como pareja. Es importante no dejar pasar la oportunidad de decirle a la pareja cuanto se le ama, mientras se le invita a hacer cosas nuevas, sexuales o no sexuales. La vida es una sucesión de acontecimientos y lo importante es con quien lo vives.
Para algunos, el amor es la razón a la que las personas deciden unir su vida a la de otra persona; su presencia es la causa de que las cosas vayan bien; y su ausencia, la culpable de que las cosas vayan mal. No obstante, existe un gran peligro si se considera el amor como algo ajeno al control, algo independiente, como si fuera un ente con voluntad propia que en cualquier momento puede traicionar. Esta es la idea del amor romántico, inconcreto y etéreo. El amor todo lo puede, y si el amor se muere no hay más que hacer en la vida. Ese concepto envuelve un estado de dependencia e indefensión.
En realidad, el amor, en comportamiento, opiniones y sentimientos de las personas que lo experimentan, es definible y concretable. Para que una persona llegue a considerar que ama a otra, ¡ojo!, no estamos hablando de enamoramiento, si no de un sentimiento de satisfacción en una relación estable; debe haber valorado que lo que recibe en esa relación es predominantemente positivo, que lo que se da es proporcional a lo que recibe y que ese intercambio de comportamientos y sentimientos no desea hacerlo con nadie mas, ya que esa relación cubre la mayoría de sus expectativas, más no todas. Pensar que lo que se recibe de la pareja es un “todo”, nos desvía al tema del enamoramiento, ya que ninguna persona es capaz de cumplir por completo las expectativas de otra.
Con esto quiero decir, que la experiencia de vivir momentos con la pareja, hace que el amor se desarrolle. En el amor no todo es felicidad, es más bien vida real y cotidiana. Es un arte de dar y ceder sin mayores complicaciones. Los problemas que aparecen con la convivencia son comunes en la mayoría de las parejas, y el hecho de que los superen sin demasiados dolores de cabeza, habla de que el amor lleva un buen camino y que la confianza y la comunicación son protagonistas en su historia. Y en otras ocasiones cuando naufraguen en el intento se debe más a una falta de habilidad para afrontar problemas concretos de convivencia, y quizás la pareja tenga unas expectativas falsas sobre la vida de pareja, haciendo las circunstancias menos favorecedoras.
Es ingenuo pensar que el sentimiento que nos despierta una persona permanecerá inmóvil a través del tiempo. Lo lógico es experimentar bastantes sentimientos distintos por la persona que se ama. Los seres humanos se sienten defraudados si la persona que ama le hace una mala jugada; si le da una sorpresa, se siente emocionado; si la o lo halaga, complacido y deleitado; y confundido si le alza la voz sin motivo aparente. Sería demasiado triste que los actos de la persona con quien se comparte una vida ocasionen indiferencia.
Es muy importante que los sentimientos que predominen sean positivos, por lo que la pareja debe hacer más cosas positivas que negativas, para no empezar a pensar que la relación no es conveniente.

Mitos sobre el amor:
• El amor es mágico.
• El amor soluciona todo.
• Si me ama, debe aceptarme tal como soy.
• Si las cosas empiezan a ir mal, es el amor está muriendo.
Verdades sobre el amor:
• Soy responsable de mi propia felicidad y la de mi pareja.
• Es lógico tener problemas, lo importante es saber afrontarlos.
• Ambos debemos adaptarnos a las necesidades e intereses del otro.
• Cuando las cosas van mal puede deberse a que hemos descuidado algún aspecto de la relación, que es reversible.

Aunque parezca extraño, es un hecho demostrado que las parejas que comienzan su relación de convivencia con pocas comodidades tienen más posibilidades de superar los problemas que trae consigo la rutina, el desencanto y la monotonía, que las que parten de una vida material resuelta, pues deben esforzarse para conseguir lo que desean.
--> Leer más...