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lunes, 22 de marzo de 2010

¿Es verdad que el hombre también puede ser multiorgásmico?

De unos años a la fecha se ha convertido en un famoso sueño el prolongar los encuentros eróticos y que la pareja llegue a un clímax de placer simultáneo. En México, así como en todo el mundo occidental existe una educación sexual que nos muestra una intima relación entre la sensación subjetiva placentera del orgasmo y la expulsión del semen. Para nosotros, son dos eventos prácticamente fusionados, aunque científicamente se conoce que son dos procesos completamente distintos. El primero, es una experiencia a nivel físico y emocional, mientras que el segundo es un simple reflejo que ocurre en la médula espinal y que da como resultado la salida del semen.

Toda esta influencia cultural que nos habla del multiorgasmo masculino nos la da el mundo oriental. Ellos aseguran que conocen la diferenciación entre el orgasmo y la eyaculación desde hace más de tres mil años, cuando el kung Fu sexual, aparece como una rama de la medicina china. Con esto no trato de cambiar a cultura sexual de los mexicanos. Si eres un hombre que gozas plenamente de tu sexualidad, sería óptimo que siguieras con tus prácticas sexuales tal y como son, mientras te sientas a gusto con tu manera de llevar tu sexualidad. Si quieres conocer otras opciones y crees poder mejorar tu vida sexual, entonces vale la pena conocer otros puntos de vista a cerca del placer sexual en los hombres.

Para los chinos, existen diversos ejercicios de respiración y fortalecimiento muscular que ayudar a retener o aplazar la eyaculación con la finalidad de no desperdiciar la energía vital que se va en cada descarga de semen y por lo tanto, aprovechar la energía y convertirla en fuente de salud, bienestar íntimo y de contacto con lo “divino”.

Se dice que estas técnicas terminan con la eyaculación precoz, la disfunción eréctil, permite tener erecciones más prolongadas y potentes, y lograr el sueño de muchos: tener múltiples orgasmos junto a su pareja.

Los taoístas sostienen que al expulsar el semen, el cuerpo asume que se está preparando para crear un nuevo ser. De este modo, todo el cuerpo da lo mejor de sí, con un consecuente gasto energético. Esto explica por qué luego de la eyaculación, los hombres sienten cansancio, sueño y otras sensaciones de desgaste físico. De ahí que el Kung Fu sexual se centre en los trabajos de flujo de energía y sobre todo en una cosmovisión que ve a la sexualidad de otra forma de búsqueda de la espiritual.

Tanto en la tradición Taoísta como en el Kamasutra, se sostiene que el objetivo de la sexualidad es lograr que la pareja se compenetre a tal punto que ambos puedan mover su energía desde la zona genital hacia la zona de la cabeza. Por ello la sexualidad que busca efectuar ese recorrido de energía se transforma en una sexualidad trascendente y espiritual.

Obviamente este tipo de sexualidad requiere de educación y trabajo.

En la práctica, la primera etapa de ejercicios consiste en fortalecer los músculos pubococcígeos. Esto se hace cada vez que vaya la persona a orinar, reteniendo la micción las veces que pueda y luego continuar. O en su defecto, durante el día contraer el área pélvica, contar hasta tres, y después relajar. Se recomienda hacerlo por lo menos 10 veces al día. De esta manera los músculos se fortalecen y permite afrontar un mejor control de las eyaculaciones.

La segunda etapa consiste en técnicas para evitar la eyaculación.

  • Identificar con claridad todas las sensaciones del cuerpo antes del orgasmo. Se puede intentar con la pareja, comunicándose en qué momento el hombre va a eyacular y parar los movimientos pélvicos y la penetración vaginal, y después que pase la sensación continuar.
  • Concientizar la respiración, lenta y profundamente. Relacionar la respiración con las contracciones de los músculos pubococcígeos.
  • Presionar con firmeza el perineo (área entre los testículos y el ano) al momento de la sensación de inicio del orgasmo. Se cree que hacer presión con los dedos índice y medio inhibe el reflejo eyaculatorio.
  • No iniciar con penetraciones profundas, si no con movimientos pélvicos circulares.
  • Realizar repetidas contracciones pubococcígeas intercaladas. Con el pene dentro de la vagina, mientras ella contrae, el hombre relaja, y viceversa.

Con estas técnicas se concientizan mucho más las sensaciones placenteras de los encuentros eróticos, permitiendo a la pareja conocer más a fondo lo que pasa dentro del cuerpo en el erotismo. Con respecto a los hombres, puede ser efectivo para controlar el reflejo eyaculatorio y así, prolongar el tiempo de los encuentros eróticos hasta que uno quiera.

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¿Qué tan rápida debe ser una eyaculación para considerarla precoz?

Existe literatura que afirma que la aparición de la eyaculación en un tiempo menor a un minuto, se considera precoz. Aunque no para todos es un valor suficiente, ya que existen parejas en donde la mujer tiene su orgasmo antes del minuto, y si no les causa malestar a ninguno de los dos, entonces no se considera disfunción.

Es por esto que muchos sexólogos toman en cuenta otros factores importantes que nada tienen que ver con el tiempo de penetración, tales como la angustia de desempeño sexual, las ideas antieróticas, la auto observación constante, el malestar causado por la falta de placer sexual, entre otros.

La eyaculación es un reflejo como cualquier otro, y como tal, el hombre tiene la capacidad de inhibirlo en el momento que él lo desee. Para lograrlo, el hombre debe estar libre de cualquier preocupación o inseguridad, de tal forma que pueda tomar las relaciones sexuales como un juego y no como una meta para prolongar su eyaculación.

Una de las causas frecuentes de la eyaculación precoz es la genitalización de la sexualidad, en donde el hombre descarga toda su energía sexual en el pene, olvidando que puede globalizar sus sensaciones corporales por todo su cuerpo. Vale mucho lo pena en estos casos, tener encuentros sexuales en donde estimule otras partes del cuerpo, que no sea el pene, con el fin de tener un control más relajado de la situación, y no estar pensando: “Por favor no quiero terminar pronto”.

Así que es más importante la sensación de bienestar o malestar que te proporcionen tus relaciones sexuales al momento de eyacular. Si no te quedas a gusto y sientes que debiste durar más, entonces éste es un factor mucho más válido al tiempo exacto que duraste. Pasa lo mismo cuando tu pareja termina después que tu y no culmina su respuesta sexual humana.

Te recomiendo que si estas pasando por una situación de este tipo, acudas a tomar algún tipo de terapia. Es sabido que en la actualidad este tipo de problemas tienen solución.

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